Todas las personas presentamos una mínima asimetría en el rostro, lo que hace que los dos lados de la cara no sean exactamente iguales. Pero por lo general, esta diferencia es imperceptible y forma parte de la singularidad de cada individuo.
Sin embargo, hay ocasiones en que el rostro ofrece una asimetría mayor, que es necesario corregir, tanto por razones estéticas como funcionales y de salud. Con respecto a la dimensión estética, quizá en otras épocas no se le daba tanta importancia, pero hoy sabemos que puede ser una cuestión relevante.
Y no solo por mejorar el atractivo físico, una aspiración legítima siempre que derive de un adecuado diagnóstico médico y se realice bajo criterios razonables.
También resulta importante porque detrás de lo visible se esconden deficiencias que puede afectar a la funcionalidad y a la salud de toda la estructura bucal.
Por ejemplo dificultades de masticación, que a su vez provocarán desgastes irregulares en los dientes, o dolores en la articulación temporomandibular, que a largo plazo pueden ser muy traumáticos.
Por ello, si un paciente muestra una asimetría facial que excede lo que podemos considerar límites naturales, es conveniente que sea examinado por el médico y se plantee un tratamiento.
Por qué surge la asimetría facial
La asimetría surge por una diferencia de desarrollo de los huesos de la cara, bien sean maxilares superiores o inferiores (o ambos), por distintas causas (problemas en el crecimiento, traumas, parálisis de la zona en un tiempo determinado), o bien debido a algunas enfermedades que provocan un crecimiento desigual, no solo de la masa ósea sino también de los nervios, los músculos y la piel.
Sea cual sea su origen, a la hora de resolverla, se recurre a la ortodoncia y a la cirugía ortognática. La primera trabaja con la correcta alineación de las piezas dentales para contribuir a la reducción de la asimetría.
Y en cuanto a la cirugía, interviene sobre los dos maxilares para lograr un mayor equilibrio entre las dos partes del rostro. Hay veces en que también es necesario trabajar con otros elementos, como los tejidos blandos.
Cómo se opera la asimetría facial
Como se puede ver en las imágenes y en la infografía en vídeo, el cirujano realiza incisiones e injertos de hueso para colocar la estructura en su posición correcta. Antes de abordar la operación realiza un completo examen mediante técnicas de diagnóstico digital para determinar el alcance de la intervención y predecir el resultado.
Aunque gracias a las técnicas modernas de cirugía maxilofacial y al apoyo de la tecnología digital se trabaja con mayor precisión y se reduce al máximo el proceso y el postoperatorio, se trata de una cirugía que requiere hospitalización.
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