En implantología dental y en otras áreas de cirugía oral y maxilofacial se ha extendido la creencia de que casi todos los tratamientos pueden realizarse de forma rápida e inmediata. Probablemente, en esta opinión ha influido el marketing del sector, además de claros avances en los sistemas de diagnóstico.
Por ejemplo, se comparten con asiduidad conceptos como implante inmediato (colocar el implante de forma simultánea a la extracción del diente), carga inmediata (instalar el diente al mismo tiempo que el implante), o cirugía guiada por ordenador (colocación del implante y el diente planificados con antelación con una férulas en cuyo diseño se utiliza software informático).
Se trata de técnicas y procedimientos que cada vez se utilizan en mayor medida en nuestro trabajo, pero que hay que manejar con prudencia si no queremos incurrir en complicaciones posteriores, que a su vez generarán costes añadidos y, sobre todo, consecuencias indeseadas para el paciente. No olvidemos que el objetivo fundamental es que el implante se asiente en la estructura ósea de forma estable, para asegurar su viabilidad y funcionalidad en el largo plazo, y para prevenir la temida periimplantitis.
Evitar el fracaso de los implantes
De hecho, como por desgracia estamos comprobando a menudo en tratamientos de fracaso de implantes, la falta de rigor a la hora de determinar la cantidad de masa ósea a regenerar o de lograr la estabilidad primaria (funcionalidad plena del implante), se deben en parte al énfasis en la rapidez y en la inmediatez.
Y respecto de la tecnología digital, que en Clínica Bustillo utilizamos desde hace muchos años, con una incorporación constante de los avances de la industria, constituye una estimable ayuda, pero no debe anteponerse al rigor científico del tratamiento y a la experiencia del cirujano.
Como hemos señalado en otras ocasiones sobre la calidad, que incluye tanto la correcta elección de los materiales como la precisión en el diagnóstico, han de primar sobre otras consideraciones como el precio, la tecnología o la última novedad que han lanzado los laboratorios. Dicho de forma resumida, un correcto tratamiento de implantología dental depende de gestionar con excelencia varios aspectos:
- Realizar un diagnóstico lo más preciso posible.
- Poseer un conocimiento profundo de las propiedades y evolución de la encía y el hueso, de acuerdo con las circunstancias de cada paciente (su trayectoria en salud bucodental).
- Analizar en cada caso los factores de riesgo para poder decidir con el mejor criterio posible.
- Valorar con rigor las diferentes opciones de tratamiento y su posible evolución.
- Servirse de técnicas sencillas y bien consolidadas para lograr la estética facial y dental deseada por el paciente.
- Utilizar materiales de máxima calidad, que a la larga son los que ofrecen mayores garantías.
- Satisfacer las expectativas del paciente, al que se debe instruir de forma realista y ética sobre las posibilidades del tratamiento.
Esta es la filosofía que tratamos de aplicar día a día en Clínica Bustillo. Si quieres saber más acerca de nuestro trabajo, contacta con nosotros.